Jugo de mango |
En Mayo del 2011 tuve la
suerte de ser invitada por la Universidad y el Museo de Antioquia a organizar
un seminario sobre nuevas propuestas en educación en museos de artes visuales.
Entre otros artistas/educadores conocí a Gustavo Ortiz (o Gustavo Adolfo
Becqer director del MAC Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá) con el que conecté
desde el primer momento. Los contactos con Gustavo fueron sucediéndose hasta que la semana pasada pasé con él y con Clara Megías una semana rEDUvolucionaria en Bogotá en la que construimos, junto con otros veinte profesionales de la educación artística, un
lugar de producción intelectual, de proceso y de resistencia a las metodologías
tradicionales donde nuestra disciplina en muchos casos sigue anclada.
Clara después de comprar kilos de fruta |
Este Laboratorio de Nuevas
Pedagogías empezó el viernes 12, día en el que volamos desde Madrid para
impartir el sábado 13 una charla dentro del contexto de la feria de arte
contemporáneo ARTbo. Con un formato habitual (en este caso), Clara y yo
hablamos de cómo transformar la pedagogía en los museos desde posiciones contra
hegemónicas y feministas, proponiendo el formato de acciones
intergeneracionales que Pedagogías Invisibles está implementando en
Matadero-Madrid.
Gustavo y Clara a punto de subir al Tranmilenio |
Durante los dos días
siguientes, nuestro anfitrión compartió con nosotras la experiencia de vivir
en Bogotá de manera que cogimos el TransMilenio para visitar Usaquen y subir la
montaña hasta Monserrat, celebrando los rituales de celebración que compartimos
con los bogotanos. Al final del día, nos acercamos a un gigantesco almacén de
fruta para preparar el laboratorio que desarrollaríamos al día siguiente, el
cual ha tenido por nombre La educación artística no son manualidades.
Nuestra primera
acción consistió en desestructurar el espacio: situar el cuerpo en un lugar o
en otro marca por completo los procesos de creación de conocimiento así
que
retiramos las sillas duras, dispusimos colchonetas blandas y repartimos por el
suelo los kilos de fruta que habíamos comprado la noche anterior con la
intención de crear experiencias frente a simulacros y de convertir lo
descriptivo en narrativo. Las participantes agradecieron de inmediato el cambio
del formato y comenzó una sesión marcada por el espíritu de cambio. Hiperdesarrollo
del lenguaje visual, pedagogía tóxica, rEDUvolution: a través de detonantes
verbales se cortocircuitaron nuestras ideas de manera que los rizomas brotaban
en casacada. Tras la comida, trabajamos en un escenario diferente en el que un círculo de frutas brotó en el centro de la sala.
Extremidades y rostro de Chica Calavera |
En la segunda sesión, lo
performativo creció cuando Chica Calavera ofreció al resto de
participantes las extremidades y otras partes de su cuerpo representadas
mediante temblorosa gelatina. Mediante este acto caníbal de degustación, nuestras neuronas reflexionaron sobre la evaluación como un proceso subjetivo, acción que
desarrollamos al calificar las comidas traídas entre todos con criterios distintos.
Tras este desayuno tan potente, Clara Megías explicó el método Placenta a
través de multitud de proyectos tanto de su colectivo con Eva Morales Nubol,
como de otros profesionales. En la sesión de la tarde,
se debatió sobre el estado de la educación artística en Colombia así como sobre
la propia acción que construimos entre todos.
Comprando frutas |
La resistencia ante lo
obsoleto, el simulacro, lo banal y lo cosmético fue el denominador común:
Juliana, Lina, Clara, Luisa, Gustavo, Juan, Ruth, Carolina, los dos Jorges, Kora,
Chica Calavera, Luís, César, Leonardo y los demás coincidimos en la necesidad
de decir NO ante modos obsoletos de entender la educación de las artes visuales
y transformarla en otro lugar. Un lugar repleto de conocimiento, de creatividad
y de cuestionamiento. Un lugar lleno de deseos, de pensamientos inconscientes y
de situaciones reales, un lugar de micro relatos y de posibilidades donde la
crítica conduce a la transformación en
vez de la desesperanza y a la amnesia. Ese lugar cada vez se extiende mas, cada
vez mas educadores lo poblamos y le damos vida. Esta semana ha sido en
Colombia, pero la transformación no tiene fronteras.
Centro de Educación AEIOTU de Bogotá (del que excribiré un post en exclusiva) |
1 comentarios:
El talller con María en Bogotá fue un acto de liberación y de reencuentro con nuevos procesos pedagógicos de construcción social.
Gracias María y Clara.
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