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2013 De la EDUpoética a la mediación líquida: recuperando el lenguaje visual como herramienta de mediación en las instituciones culturales


En el imaginario que mi mente ha creado sobre los ríos florece el azul, pero el río Guaiba es marrón. Como ya comenté en mi post anterior, un lodo fértil tiñe el agua y transforma las experiencias que he vivido en Porto Alegre en sedimento desde donde crecerán otras partes del rizoma. Si las ideas de Luis Camnitzer supusieron el contenido que encontré prioritario desarrollar en dicho post, en este lo que pretendo compartir es cómo Mónica Hoff ha desarrollado las propuestas de Camnitzer a través de la Mediación Líquida y cuales han sido mis aportaciones al trabajo de ambos.


Recordemos por un momento el contexto de mi viaje: un río que se desborda y se transforma en laguna, una muestra de arte contemporáneo que se enorgullece de presentar por cuarto año consecutivo la figura del curador pedagógico y una universidad (Universidad Federal de Río Grade do Sul) que está desarrollando el giro hacia una Educación Artística como Vehículo de Conocimiento a partir de la figura de Analice Dutra y el grupo GEARTE. Las tres instituciones me animan a presentar el programa De lo cosmético a la esencia: procesos contemporáneos en arte y educación consistente en tres acciones: un curso de dos días en la UFRGS; la charla Ríos Voladores dentro del programa Redes de Formación así como un Laboratorio dentro del programa de formación Escuela Casera de Invenciones estás dos últimas acciones en el contexto de la bienal.
La primera de estas tres actividades la constituyó el curso de dos días organizado por la UFRGS y cuyas destinatarias fueron las estudiantes de magisterio, de master y de doctorado tanto de Porto Alegre como de localidades vecinas interesadas en el tema de la educación artística. En cuanto llegó la propuesta entendí como urgente debatir el cambio de paradigma y la importancia de revisar formas de hacer que tuvieron su función en épocas anteriores (fundamentalmente la Autoexpresión Creativa, modelo repetido con una inusitada frecuencia tanto en Europa como en Brasil) y proponer otras estrategias pedagógicas para un mundo diferente a partir de tres ideas base enlazadas con la de Camintzer : El Arte como Vehículo de Conocimiento + El Proceso+ La Remezcla creativa.

El primer día fue el Día del Agua. Volvimos a utilizar el río y las metáforas que se desprendían de su uso para trabajar la importancia de conectar la educación artística con el Conocimiento y todo aquello que se desprende de su valoración: la idea de que las artes visuales siempre son portadoras de significado (idea relacionada con el significado crítico, el arte contemporáneo y su conexión con la realidad), la importancia de incluir estrategias de análisis y no solo de producción en los contextos donde la educación artística se desarrolla así como la remezcla creativa, propuesta conectada con la reivindicación de que tanto estudiantes como profesores son intelectuales transformativos, productores que construyen a través de las propuestas de otros y otras huyendo del metarelato del genio original. Todas estas nociones se discutieron y se representaron mediante diferentes producciones creadas a través de bolsas de plástico rellenas de agua que cada colectivo remixeó de forma completamente diferente pero al mismo tiempo común.

El segundo día fue el Día del Bosque en el que el tema principal lo constituyó el tercer eje de la EAVC, la idea de Proceso, un proceso que reivindica dejar de trabajar lo inmediato y optar por el largo plazo, abandonar la idea de la profesora de educación artística como decoradora ocasional para entenderla como activista permanente y, por último, pasar de entender el arte contemporáneo solo como contenido ha entenderlo como formato. En este caso las paredes se nos hicieron demasiado limitadoras de manera que, en un alarde por romper el formato, la comunidad propuso salir al parque a hacer un picnic. Ya solo el paseo hasta los jardines cercanos merecieron la pena evindenciando que andar es mejor que estar sentadas, que conversar es más interesante que solo escuchar y que los árboles y el bosque son una forma óptma de habitar el aula. En este lugar maravilloso (por que los parques en Brasil son muy diferentes de los parques en Madrid), sentadas en un círculo en el que hasta los animales cercanos querían entrar, debatimos y nos decantamos por representar lo aprendido mientras desarrollábamos diferentes acciones: un camino de hormigas aprovechado para significar los modelos escolares o una cadena humana que nos envolvía fueron algunas de las producciones que surgieron de una intensa sesión de trabajo que nos resistíamos en terminar.


Al día siguiente le llegó el turno a los Ríos Voladores nombre utilizado por Mónica Hoff para detonar y crear sorpresa de manera que el formato de lección magistral que nos imponía el espacio se rompiese desde la expectativa que provoca un título como esté. Compartí esta sesión con el artista/educador Michel Zozimo y con la propia Mónica en una conversación a tres bandas en la que el vapor que constituyen estos ríos aéreos conectaron con las ideas de Luis, con las del grupo GEARTE y con el resto de los agentes implicados mediante un velo poético que me llevó a linkear la poesía con la educación. El tema que nos unía a los tres era sin duda lo que acabé enunciando como EDUpoética y que es una de las demandas más consistentes de la rEDUvolution: la fuerza de las metáforas consigue el aprendizaje por lo que hay que volver a la sorpresa, al extrañamiento y a lo inesperado como componentes vitales del proceso pedagógico que cada uno de nosotros recuperaba Mónica en lo museístico, Michel en su faceta como artista/educador y yo en mi experiencia docente en la educación superior.


La última actividad fue la participación en la Escuela Casera de Invenciones un espacio diseñado por el equipo pedagógico de la bienal donde los 120 mediadores no implementan actividades para escolares (que es habitualmente el lugar que se destina a lo pedagógico en las instituciones culturales) sino que es el espacio que tienen para inventar, programar, reunirse, conversar y…aprender. Esta zona representa en si misma el aporte de Mónica Hoff a los planteamientos de Luis Camnitzer y que se podrían denominar como de Mediación Líquida: un planteamiento donde lo educativo es tan evidente que se vuelve invisible, una forma de entender lo pedagógico en las instituciones culturales que no se disocia de lo demás sino que fluye con el resto, un paradigma donde no hay fronteras entre lo educativo y lo curatorial. Por esta causa, en la 9 Bienal de Mercosur el programa pedagógico no se contempla como una retahíla de actividades (visitas a escolares, visitas guiadas, conferencias etc.) sino que cada mediador, entendido como un productor cultural, diseña lo que considera adecuado en cada momento educativo bajo la máxima de empoderar al público y compartir entre ambos la creación de conocimiento: no hay un programa educativo específico por que toda la bienal es entendida como un programa educativo.


Y en este contexto, la propuesta que compartí con las mediadoras constituye un tercer avance: ya tenemos claro que producimos con nuestro discurso oral y con nuestro discurso escrito (publicaciones y cartelas) pero el siguiente reto es compartir las herramientas de los artistas y producir la mediación también a través del lenguaje visual. ¿Por qué no entender la mediación desde este punto de vista y que los educadores participen en las muestras a través de representaciones visuales de cualquier tipo? Nos dividimos en grupos y en un primer apartado mediante objetos y en un segundo tiempo mediante nuestros propios cuerpos, cada equipo interpretó un concepto no con el discurso oral sino con el visual. Dentro de la idea cada vez más aceptada del educador como productor cultural, creo que el siguiente paso puede ser este: la utilización del lenguaje visual como herramienta de mediación además de las palabras y el texto. Solo así llegaremos a ser entendidas al mismo nivel de los artistas que son (por el momento) los únicos agentes del escenario que utilizan el lenguaje visual para representar sus propuestas.


La 9 Bienal ha supuesto en mi trabajo el reto de ir más allá y romper el formato de la pedagogía tradicional con todas sus consecuencias que nos llevan a la reflexión, la producción crítica y a un tipo de aprendizaje completamente contemporáneo. No puedo dar más que las gracias a todas las personas con las que me metí en el río no solo para nadar, sino para cambiar el curso de la corriente y evidenciar que los ríos no son estéticos y azules, sino definitivamente fértiles y marrones.


PD: mis mas sinceras gracias a Liliane Giordano por sus extraordinarias fotografías, al grupo GEARTE por sus afectos encadenados y a las mediadoras por su energía

2013 El museo es una escuela I: la 9ª Bienal de Merco Sur como lugar de reencuentro (afectuoso) entre el arte y la educación


La verdad es que no se sabe muy bien si el Río Guaiba es un río o una laguna, su desembocadura es tan sumamente ancha que en algún momento de su cauce, la escala nos hace perder la referencia de manera que dudamos: ¿estamos ante un río, estamos ante una laguna o directamente nos encontramos frente al mar? La desproporción de su envergadura nos confunde y al mismo tiempo nos maravilla, un fenómeno que ocurre muy frecuentemente en un lugar de dimensiones extraordinarias como es Brasil. Este río/laguna baña con sus aguas marrones la ciudad de Porto Alegre un enclave que, haciendo honor a su nombre, celebra desde hace varios años uno de los encuentros con el arte contemporáneo más porosos y posibilitadores, la Bienal del Mercosur, un encuentro que se entiende a si mismo como un desafío curatorial y que en todas sus ediciones ha cumplido su promesa de investigar sobre los modos de trabajo con y a partir de las artes visuales contemporáneas. En estos momentos está sucediendo en Porto Alegre la 9ª Bienal de Merco Sur (la muestra finaliza en Noviembre) bajo el tema Si el tiempo lo permite, una frase que se refiere al clima, ese factor incontrolable que afecta por completo cada actividad que se lleva y no se lleva a cabo en nuestro planeta, elegido por la comisaria general Sofía Hernández Chong Cuy. 

Mónica Hoff y Sofía Hernández Chong Cuy
En el año 2007, la estructura de la bienal sorprende al mundo del arte  con una propuesta inaudita, la creación de la figura del Curador Pedagógico: al mismo nivel de importancia tanto económica como política, aparece esta figura profesional cuya misión en principio no estaba tan clara. Hasta que llegó Luis Camnitzer. Luis, un activista político que no quiere definirse ni como artista ni como educador ni como comisario ya que defiende la indisoluble relación entre estas tres posiciones es quien asume la responsabilidad de ser el primer curador pedagógico de la bienal y construir desde su visión, los elementos clave de esta figura. Desde entonces (estamos hablando de la 6ª Bienal), la dirección de la muestra ha respetado de manera intachable sus propuestas de manera que Marina de Caro ha cumplido este papel en el año 2009 (7ª Bienal), Pablo Helguera en el 2011 (8ª Bienal) y en esta edición (2013 9ª Bienal) el puesto ha recaído en la figura de Mónica Hoff.

De la misma manera que el cauce del Guaiba nos sobrepasa y nos confunde (¿río o laguna?) mi experiencia como agitadora invitada en la presente edición, ha trastocado mi visión sobre las relaciones entre arte y pedagogía así como las relaciones entre lo curatorial y lo pedagógico. Como pocas veces ocurre, la experiencia que he disfrutado ha supuesto un desbordamiento de sensaciones, afectos y aprendizajes que, como siempre ocurre en Brasil, ha superado la escala de lo predecible. Y esto ha ocurrido por que lo que he encontrado ha catapultado por mil lo que yo traía y, quizás lo más importante de todo, lo ha catapultado desde el plano de la realidad aunque ha sido tan reconfortante y maravilloso que a veces sigo preguntándome si no ha sido un sueño producido en el plano de la fantasía.

Bajo un programa genérico con el título De lo cosmético a la esencia: procesos contemporáneos en arte y educación he sido invitada a participar en Porto Alegre de la mano de Mónica Hoff , Analice Dutra y Gabriela Bon, las tres agentes culturales desde dos de las esferas transformadoras de la ciudad: la bienal por parte de Mónica y la UFRGS (Universidad Federal de Río Grade do Sul) por parte de Analice, mientras que la figura de Gabriela (Coordinadora de Formación de los Mediadores de la Nube de la Bienal) se encuentra en ese lugar entre aguas que en el fondo todas ansiamos ser. Conocedoras las cuatro de las diferencias imposibilitadoras de las instituciones que representamos, y con una conexión extraordinaria que nos ha posicionado mucho más allá de dichas diferencias, decidimos entendernos como una amalgama, un rizoma, un lodo fértil tal como el que hace crecer la exuberante vegetación del río Guaiba. Cuatro acciones inesperadas (que desgranaré en mi próximo post y que han consistido en el intercambio de propuestas entre el colectivo Pedagogías Invisibles y el grupo GEARTE, un curso de dos días en la UFRGS, la charla Ríos Voladores dentro del programa Redes de Formación así como un Laboratorio de Mediación Líquida dentro del programa de formación Escuela Casera de Invenciones ambos de la bienal), han constituido mi aporte a la creación de conocimiento en Porto Alegre.

Pero, como la extensión de este texto al contrario que la del río, es limitada, quiero trabajar mi experiencia en Brasil comentando el suceso que me parece más relevante de todos a los que he asistido, la comprobación de la 9ª Bienal de Merco Sur como lugar de reencuentro (afectuoso) entre el arte y la educación. Esta comprobación es tan rica y me parece tan importante compartirla que la voy a realizar desde tres aportaciones: un primer post (este) donde voy a desgranar la ideas de Camnitzer como eje base, un segundo post donde voy a comentar como esas ideas hacen rizoma con las de Mónica Hoff y se convierten en realidades afectuosas en esta la 9ª bienal y como ambas propuestas las he trabajado desde un plano más práctico en Porto Alegre en un último y tercer post.

Para ahondar en las ideas de Luis he de remontarme al texto que escribió como resumen de la experiencia de la bienal que él comisarió, un catálogo exclusivamente dedicado a lo pedagógico y denominado Educación para el arte/ Arte para la educación y que constituye, desde mi punto de vista junto con los dos volúmenes derivados del proyecto de investigación de la Documenta 12 coordinados por Carmen Morsch, la literatura más interesante y posibilitadora escrita recientemente sobre el tema que nos ocupa. El centro de la posición de Camnitzer se resume en el título de este post El museo es una escuela, una escuela en el que el artista aprende a comunicarse y el público aprende a hacer conexiones. Como podemos ver, el término aprendizaje se repite dos veces en esta definición constituyéndose en el proceso central del museo idea que comparto. Luis apoya este núcleo con una introducción maravillosa en la que desarrolla las ideas clave de su pensamiento en relación con la educación artística.
Taller de Mediación en la Escuela casera de Invenciones 
La primera idea importante es la reivindicación del arte y la educación como procesos generadores de conocimiento e inseparables uno del otro. Cuando leí por primera vez este texto, parecía que estaba leyendo mis propias reflexiones sazonadas por la fina ironía de Luis:  "En algún momento desafortunado de la historia, algún filisteo o algún grupo de filisteos que ocupaba una posición de poder decidió aislar el arte de la educación y degradarlo, de la meta-disciplina del conocimiento que había sido a la disciplina y artesanía que es hoy.” Esta frase no puede explicar de manera mejor y más elocuente el problema central y gravísimo de la educación artística actual, su separación del conocimiento. Miles de veces he hablado y escrito sobre esta visión exclusivamente manual de nuestro campo de estudio y me siento reconfortada al ver como otras personas piensan lo mismo. Además de incorporar el conocimiento como elemento base de la educación, Luís nos enseña que no pueden separarse uno de la otra: “El hecho es que hay que introducir arte en la educación como una metodología para adquirir conocimiento. El hecho es que hay que introducir nociones pedagógicas en el arte para afinar el rigor de la creación y para mejorar la comunicación con el público al que el artista quiere dirigirse. Pero el hecho es que no hay verdadera educación sin arte ni verdadero arte sin educación. El hecho es que el artista que no logra sobrevivir en el mercado va y enseña sin saber como enseñar. El hecho es que el profesor que no tiene ideas no se anima a recurrir al arte para tenerlas. El hecho trágico es que aceptamos socialmente que se puede enseñar sin rigor y que solamente se puede hacer arte por designación divina.” La creatividad como competencia clave del docente y la pedagogía como competencia clave del artista vuelve a conectar las dos figuras que en nuestro imaginario aparecen como antagónicas cuando, como tantas veces he defendido, no lo son y comparten miles de elementos lo cual no quiere decir que sean iguales.  
Texto en el catálogo general con los nombres de los 120 mediadores de la 9 Bienal

En una segunda parte del texto, Luís escribe sobre la idea del aprendizaje como eje central en una muestra de arte y la transformación de la bienal de Merco Sur en una bienal pedagógica: “…una bienal que profesa concentrarse en la función educativa del arte por encima de la idea de un campeonato mercantil. Con ello es la primera vez que una bienal de arte internacional trata de transcender su propia vocación expositiva para transformarse en un instrumento radicalmente dedicado a la transformación cultural.” Los que nos dedicamos a la educación artística estamos hartos de defender la importancia de lo pedagógico en los museos y centros de arte y, aunque hemos avanzado bastante y ya es impensable un museo sin departamento de educación, nuestro papel sigue entendiéndose como periférico debido al desligamiento del conocimiento de nuestro trabajo. Que una bienal de arte contemporáneo se defienda como pedagógica es algo inaudito cuando debería de ser cotidiano, una de las paradojas eternas que encontramos a nuestro paso y de la que esperamos que este solo sea el primer y no el único caso.

También comparto con Luís la idea del público como productor cultural independiente:  “Queremos lograr que el consumidor se vaya equiparando para ser creador; en otras palabras: para volver a rescatar al arte como una metodología de conocimiento. Queremos que el acento de la muestra no esté en exhibir la inteligencia del artista, sino en estimular la inteligencia del visitante.” En el debate por los rolles de artistas, comisarios, educadores y público, estos últimos son siempre las figuras que se entienden como transmisoras por lo que resulta urgente entenderlas como productoras, como creadoras, como agentes participantes en la autoría de las obras en un intento por deshacer las jerarquías invisibles, objetivo que se completa con la idea de lo pedagógico como centro de la propuesta curatorial y no al revés: “La nueva premisa es que la Bienal no debe de limitarse a ser una inmensa exposición de obras. Para nosotros la Bienal no es una exposición que resucita cada dos años, es una institución viva y continua que, dedicada a la educación del arte, funciona permanentemente. Dentro de sus muchas actividades, cada dos años continuará también organizando una muestra, pero como parte de su investigación pedagógica.” Tengo que pararme a releer esta frase cada vez que me topo con ella por que no puede explicar mejor esta visión de la educación artística en museos desde una óptica diferente, ¡la bienal como parte de una investigación pedagógica y no al revés! La bienal como pieza del puzle del aprendizaje, como miembro de un cuerpo total que no tiene cabeza ni órganos principales, donde la amalgama se genera entre todos los componentes intervinientes siendo uno de ellos la educación. Por que tanto Luis como yo, no es que queramos situar a lo educativo en el centro, lo que queremos es evidenciar que no hay centro y por esa razón lo educativo debe de pesar igual que lo demás.


Luis termina resaltando una transformación fundamental: “Para llevar todas estas ideas a buen puerto más que trabajar juntos tenemos que lograr convertirnos en artistas educadores y en educadores artistas a tal punto que todos, absolutamente todos, estemos empujando en la misma dirección.” Esta es la sensación que me llevo de Porto Alegre, la sensación de que las experiencias con las educadoras como Soledad o Snyder, con el público, con Sofía, con Mónica, con Analice y Gabriela, con las investigadoras de Gearte y con los artistas como Michel Zozimo, confluyen, suman, convergen y desembocan en un mismo mar. No sabemos si somos lo uno o lo otro y no nos importa: nadamos en el río, avanzando, disfrutando del baño pero, eso si, vamos juntas dando brazadas en la misma dirección...

¡Gracias!

(Continuará)


2013 Pedagogía crítica y Caipiriñha: creando flujos de resistencia regenerativa


Cuando casi parecía que en Madrid era ya primavera, la Fundación Fuhem Educación y el Círculo de Bellas Artes de Madrid juntaron esfuerzos para organizar la quinta edición de las Jornadas Arte, Educación y Ciudadanía un encuentro para los interesados en la educación artística que en esta edición se ha focalizado en como las producciones visuales constituyen una herramienta indispensable en el aula para desarrollar una de las competencias más necesarias en un mundo saturado de imágenes y de miedo: el espíritu crítico, la sospecha, el volver a leer.
Unas jornadas que ofertaban talleres, charlas y una exposición en el que docentes de diferentes procedencias compartimos el trabajo que desarrollamos para convertir la educación de las artes visuales en una práctica contemporánea. Me parece muy importante señalar que el motor de las jornadas es la Fundación Fuhem, organismo que agrupa una serie de instituciones educativas que constituyen en Madrid la cabeza de lanza de una pedagogía crítica y comprometida, organismo que constituye la excepción dentro de la educación obsoleta, rancia y profundamente tóxica fomentada por las políticas educativas de la Comunidad de Madrid. Dentro del contexto de la educación no pública, los centros de la FUHEM y un puñado más de instituciones trabajan en nuestra querida ciudad HACIENDO RESISTENCIA, constituyendo la alternativa a las prácticas tóxicas que, amparadas por los consecutivos triunfos en las urnas del Partido Popular, están perpetrando el asesinato de la enseñanza progresista tanto pública como no pública así como de todo aquello que defiendo con mi trabajo. En este contexto desolador, la FUHEM lucha y lucha regenerativamente construyendo este tipo de actos para visibilizar quienes luchamos en Madrid por otra pedagogía.
Gracias  a las nuevas tecnologías puede participar en este evento junto con Clara Megías y otros miembros de Pedagogías Invisibles. Clara y yo organizamos la charla ¿Estoy artista o estoy profesora? Utilizando el arte contemporáneo como formato pedagógico. En nuestra propuesta quisimos trabajar varias ideas siendo la primera la del profesor como productor cultural, como intelectual transformativo, como agente político capaz de realizar día a día micro revoluciones mediante las que transformar la sociedad. Quisimos visualizar la idea de esta producción como remezcla así como la demanda de la creatividad como una de las principales competencias del docente rEDUvolucionario.  En segundo lugar, discutimos la necesidad de trasformar el simulacro pedagógico en experiencias vividas en primera persona, tangibles y emocionantes para lo cual la narratividad y la participación son necesarias. Por todo lo anterior, consideramos que el arte contemporáneo es la herramienta ideal lo que ilustramos con ejemplos tanto de nuestro trabajo como con el de otros colegas como Lucía Sánchez o Jordi Canudas (por poner ejemplos desde la ESO y desde los colectivos con capacidades espaciales).
Solo tres días más tarde tuvo lugar otro evento regenerativo Caipirinha: creando flujos de investigaciones efervescentes entre España y Brasil. Tras la experiencia Edupunk y posmodernidad: ¿son necesarios los doctorados en tiempos de Facebook? (en la que compartimos ideas con Alejandro Piscitelli) y Guacamole: construcciones rizomáticas (en la que elaboramos de forma colaborativa con Alejandro Bolaños el currículum de arte de la región de Chiapas, México), Pedagogías Invisibles ha organizado Caipirinha: creando flujos de investigaciones efervescentes entre España y Brasil para compartir conocimientos con una organización muy similar a la nuestra llamada GEARTE, un grupo de investigación sobre educación artística de la Facultad de Educación de la Universidad Federal del Rio Grande del Sur, Brasil. 
Analice Dutra, coordinadora de este grupo nos habló por que sus intereses persiguen utilizar las artes visuales para empoderar a las niñas y niños económicamente menos favorecidos y quienes quedan muchas veces al margen de las instituciones formales. Situó a Ana Mae Barbosa, (probablemente la pedagoga brasileña más en consonancia con una educación artística contemporánea) como impulsora del grupo y la inclusión de sus prácticas dentro de lo que conocemos como Educación Artística para la Justicia Social. Analice funda en 1997 GEARTE para desarrollar actividades que relacionen la educación y el arte con otras áreas como la semiótica discursiva, la cultura visual, la estética, la historia y la critica del arte. 
Caipirinha es claramente el comienzo de una larga amistad con GEARTE, con investigadores y activistas que comparten con nosotros (Pedagogías Invisibles) una forma contemporánea, práctica y crítica de entender la educación. Como con los centros de la Fuhem, nos sentimos muy cerca y compartimos la necesidad de unirnos y contaminarnos para poder transformar la sociedad un lugar más simétrico.