Desde el día 20 de Marzo
los acontecimientos relacionados con la educación artística han sucedido sin
parar por lo que dedicaré tres post sucesivos a los diferentes eventos en
los que he participado, de manera que hoy empezaré con lo que aconteció entre
los días martes veinte y jueves
veintitrés de Marzo.
El martes veinte de Marzo empecé el día muy pronto cogiendo el tren para ir a Pamplona, donde me esperaba Amaia Urzáin (profesora de la Universidad de Mondragón y una de las profesionales que conoce más a fondo el mundo de la educación en museos de artes visuales en España) con quien iría hasta el Centro Huarte (CH) para tener una reunión con el equipo directivo. La comprobación de que el cambio de paradigma ya está aquí, la experimentamos cuando: 1. el subdirector del centro Koldo Sebastián, nos explicó que también era el coordinador del DEAC y cuando 2. el director, Javier Manzanos, se quedó y estuvo super activo en una reunión centrada en los programas educativos del centro. Aunque parezca extraño, estas dos acciones marcan el inicio del cambio de paradigma en el terreno de la educación en museos, por un lado, porque normalmente los responsables del los DEACS nunca tienen tanto poder como para llegar a ser subdirectores y, por otro, porque cuando las personas dedicadas a la educación llegamos a un centro, normalmente el director no baja a saludarnos. Un poco más tarde se unió a nosotros Betisa Ojanguren (profesora de la UPNA y una de las educadoras del CH muy experimentada) y entre todas estuvimos reflexionando esobre el desarrollo del proyecto Puenting, un programa todavía por diseñar donde el arte contemporáneo sirva de puente entre museo y escuela. La reunión fue súper interesante y muy cálida porque desaparecieron las jerarquías y la sensación fue la de estar entre amigos.
Tras la visita al CH, Amaia,
Betisa y yo cogimos el coche y hablamos sin parar durante la hora de distancia que
separa Huarte de Vitoria, ya que nuestro objetivo era ir a Artium para asistir al Laboratorio
de Imágenes Obliteradas organizado por Laura
Trafi. Yo tenía muchas ganas de conocer a Laura, una de las profesionales más
interesantes de la educación artística en España, donde residía antes, y en
EEUU donde reside en la actualidad. Entre otras muchas cosas, admiro a Laura
por la traducción de dos libros fundamentales para mi: Posiciones en la
enseñanza y Encuentros en el museo feminista virtual. Gracias a la excelencia
de su traducción podemos leerlos oyendo prácticamente a las autoras. El
Laboratorio de Imágenes Obliteradas volvió a dar fe, otra vez, del cambio de
paradigma desde dos puntos de vista: en primer lugar, sucedió en una de las
salas del museo (no aislados en el aula didáctica) y fue increíble el momento
en el que nos trajeron una de las obras que necesitábamos, directamente desde
los almacenes; en segundo lugar Laura vino hasta Vitoria en calidad de artista,
ya que el laboratorio es una pieza dentro de la exposición Estancias (prácticas retituyentes sobre la colección Artium), pieza
que diluye las fronteras que tanto empeño tenemos en borrar: artista/euducadora, obra/actoeducativo,
publico/estudiantes, museo/escuela. Desde este punto de vista, esta acción tiene lugar precisamente en el medio de los ocho elementos citados:
representa el cambio hacia la dilución, la importancia que lo pedagógico está
adquiriendo en los centros de arte y, por encima de todo, la intelectualización
de las prácticas relacionadas con la educación artística centradas en el
análisis y la reflexión, así como en la producción con procesos contemporáneos
como el vídeo. Rescato una de las ideas de Laura: “Hemos de trabajar la imagen
como habilidad cívica en vez de cómo competencia estética, entonces ser
espectador cambia a favor de luchar por los derechos civiles”.
Los dos días siguientes
sucedieron en Bilbao donde aparecieron en escena nuevos compañeros de viaje: Imanol Aguirre (colega del área en la
UPNA), Lura Baigorri (Profesora de
Video Arte en la UB), José Ramón Alcalá
(especialista en Arte y Nuevas Tecnologías de la Facultad de BBAA de Cuenca) y Mara Díaz (especialista en Didáctica de
la Música de la UPV). Con todos ellos pasé dos días increíbles saltando desde
el siglo XIX al XXI ya que estábamos en un tribunal que nos anclaba en el
paradigma anterior al tiempo que hablamos y visitamos lugares como el Centro Cultural Alhondiga que nos
situaban en la dirección del cambio al mezclar, en un espacio diseñado por
Philippe Stark, bibliotecas, salas de
artes visuales y PISCINAS…Aprendí muchísimo de mis compañeros.
Cansada pero contenta
volví a Madrid disfrutando de la sensación de que el cambio que estamos
reclamando desde las aulas está comenzando a suceder en la realidad de manera
que casi, casi me siento como una Mary Poppins posmoderna (pero sexuada por
favor) y soy capaz de decir supercalifragilisticoespiralidoso y de traducirlo quizás como: el cambio de paradigma ya está aquí.
1 comentarios:
Me ha encantado tu relato... muy sugerente.. De hecho le he pasado el link a mi mujer (Virginia Paniagua), quien seguro que va a encontrar ideas muy reveladoras y frescas al respecto de la imagen como identidad... Me alegro además de pasar a formar parte como uno más de los protagonistas de tu relato... para mí fue también una experiencia muy enriquecedora esos días contigo, con Laura, con Inmanol y con Mara (qué bonita foto la de la comida con Laura)... A ver si somos capaces de sacra rendimiento en forma de continuidad, de intercambios y de proyectos conjuntos en un futuro próximo...
Publicar un comentario