Como venimos repitiendo una y
otra vez, la educación se encuentra
estancada en un paradigma que pertenece a siglos precedentes de manera que la comunidad
docente tenemos
la responsabilidad de desarrollar la educación del siglo XXI. Una parte importante de la creación de este nuevo modelo
pasa por descubrir y trabajar las pedagogías invisibles en los contextos donde la educación sucede y entender
nuestra práctica docente como un discurso que, debido al peso de lo anodino,
somos muchas veces incapaces de entender como tal. Cuando nos damos cuenta de
que algo aparentemente tan nimio como dejar una puerta abierta o cerrada transforma
de forma radical lo que ocurre en el aula, es que las pedagogías invisibles han empezado a ser
parte consustancial de la experiencia docente y, en nuestra intención por
compartir aquello que consideramos necesario, hemos decidido escribir un libro.
Nuestro primer libro.
“Pedagogías invisibles, el espacio del aula como discurso” se divide en
dos grandes apartados, uno más teórico
dedicado a explicar cómo nos hemos configurado como
colectivo y a introducirnos en la
semiótica en general, en unir la semiótica con la pedagogía y explicar cómo y
por qué hemos migrado desde el concepto currículum
oculto al concepto pedagogías
invisibles, y un segundo apartado más
práctico donde explicaremos cómo aplicar de manera concreta la semiótica en
el aula mediante el método DAT (Detectar, Analizar, Transformar) a través
de la exposición de trece estudios de
caso, cinco de ellos en diferentes institutos de Educación Secundaria
Obligatoria, tres en los departamentos de educación de dos centros de artes
visuales y un museo, otros tres en lo que podríamos llamar contextos comunitarios (un hospital, un centro de día para personas
con otras capacidades y una ONG) y finalmente dos casos vinculados a la
educación superior, concretamente en la universidad.
El pasado miércoles tuvo lugar la
primera reunión anual de nuestro colectivo (María
Acaso, Rosa Alonso, Noelia Antúnez, Noemí Ávila, Ana Cebrián, Edgardo
Donoso, Marta García, David Lanau, Noemí López, Emma Manso, Alberto Marrodán,
Clara Megías, Diana Montoya, Eva Morales, Carol Muñoz, Andrea de Pascual, Julia
Rico, Amanda Robledo, Lucía Sánchez) y en
medio de un estupendo cuscús, Alberto desveló lo que traía en su maleta: los primeros ejemplares, casi calientes, del trabajo
que llevábamos realizando todo el invierno. A partir de este momento, la
reunión se centró en el libro, en el nuevo rizoma plantado y en como, a través de
una prosa a medio camino entre lo poético y lo pragmático, hemos intentado condensar las ideas que bullen en
nuestras cabezas desde hace tiempo (concretamente desde 2008 que es cuando nos
conocimos todos en el curso de doctorado Didáctica de la Sospecha). Incluso
cuando ya salimos del restaurante e íbamos andando por la calle, no lográbamos
dejar de leer el libro que con tanto amor
habíamos escrito.
Aunque la mayoría de los
que componemos Pedagogías Invisibles venimos de facultades de Bellas Artes,
también hemos cursado Historia del Arte o Pedagogía. En cualquier caso, nuestra
área de estudio es la Educación Artística y, como ya hemos visto antes, en tres
contextos principales: la educación secundaria, los museos y los que hemos
empezado a denominar como contextos
comunitarios. Consideramos
muy importante la disolución de las disciplinas (de hecho estamos
abiertamente en contra de ellas) y, debido este afán de disolución, también queremos emigrar desde la educación artística hacia
otros campos. Este libro es una prueba de dicho deseo.
Encontramos sumamente atrayentes otras zonas de
estudio como la
cultura visual, la cartografía, la antropología, la historia del arte, el
psicoanálisis o los estudios feministas y consideramos que esta es
la clave para crear una relectura de las pedagogías modernistas que nos lleven
a desarrollar el cuerpo de lo que hemos empezado a llamar pedagogías contemporáneas.
Las pedagogías invisibles,
como se verá a lo largo del libro, resultan de un híbrido
entre semiótica y pedagogía de manera que podemos decir que es un
término que nace dentro del seno de la Educación Artística pero que se debe
desplegar hacia cualquier proceso relacionado con la educación. En el fondo,
este libro trata de procesos semióticos que deberían instaurarse en la
cotidianidad y en cualquier campo de estudio porque cuando analizamos una
película o la indumentaria de alguien, estamos realizando un análisis
semiótico. Lo que desde este libro queremos poner encima de la mesa y lo que
nos preocupa como colectivo es que estos procesos de análisis semiótico no se lleven a cabo en
lo pedagógico, que estén más o menos consensuados en las artes, en
la publicidad o en los estudios fílmicos pero que, en cambio, en los contextos
educativos, (ya sean formales o informales, ya sean en la escuela o en nuestra
propia casa) no esté entendido como hábito el proceso de reflexionar y analizar
sobre los usos del lenguaje y, de forma específica, del lenguaje visual.
El
término pedagogías invisibles nace de
una mezcla de la obra de Elizabeth Ellsworth y
la semiótica visual, al rescatar, desde los tratados de semiótica,
los conceptos direccionalidad, denotativo y connotativo, o discurso implícito y discurso explícito
y llevarlos al aula, a la escuela y, como veremos en breve, a otros contextos
educativos emergentes. Rescatamos la idea del pedagogo norteamericano Philip
Jackson y la mezclamos con Eco y con Peirce, enriqueciendo la pedagogía con la
semiótica general, con la semiótica visual, con la semiótica del espacio,
empezando a hilvanar una semiótica del acto
pedagógico. Fundamentalmente
nos apoyamos en Peirce y en la división entre lo denotativo y lo connotativo
para definir lo que son las pedagogías
invisibles como la parte connotativa del discurso educativo, no la parte
connotativa del discurso oculto, sino la parte connotativa del discurso
explícito, la elaboración cultural subjetiva de aquello que tenemos en nuestras
narices como, por ejemplo, hacer una revisión feminista de una escultura a la
que le falta la cabeza o de una presentación en PowerPoint donde en todos los
ejemplos de educación anticuada aparece una maestra rural y, en cambio, en
todos los ejemplos de educación innovadora, aparece un profesor de Harvard…
Nuestro deseo como agentes
sociales es transformar
la realidad a través de acciones semióticas,
desarrollar una hermenéutica de la
sospecha que nos lleve a repensar nuestra labor como docentes: no nos
quedamos contentos si solo detectamos y analizamos, detectar y analizar deben conducir a cambiar
lo que no funciona, a dejar lo que creemos que funciona y a cambiar lo que
funciona para nosotros pero no para los demás. Sigamos
sembrando.
5 comentarios:
tenes idea como definir rhizome??? lo necesito para un trabajo te agradecería mucho la ayuda podes escribirme a me.gaozza@gmail.com o twitter @kafkaonshore GRACIAS!
Y MUY BUENA LA PROPUESTA DEL LIBRO!
Animo, podéis cambiar la educación y además OS NECESITA!!
Saludos educadores, quizá les pueda interesar un trabajo mío sobre análisis semiótico de la intersubjetividad en la relación profesor-alumno. Será un gusto intercambiar ideas con ustedes.
http://ulima.academia.edu/JoseGarciaContto/Papers/715258/Para_una_aproximacion_de_la_Semiotica_Discursiva_a_la_Intersubjetividad_profesor-alumno
Pueden compartir el libro "pedagogias invisibles" en pdf. seria un gran aporte para las comunidades educativas latiamericanas. buena vida.
Gracias por las reflexiones y compromisos pedagógicos.
Maria, tu libro redevolution me estalló. En la cabeza y fui encontrada por muchas necesidades de transformación. Gracias! En Buenos Aires no logro comprar este libro. Sabes si puedo conseguir leerlo por otros medios? Gracias!!!
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