Cuando
casi parecía que en Madrid era ya primavera, la Fundación Fuhem Educación
y el Círculo de
Bellas Artes de Madrid juntaron esfuerzos para organizar la quinta
edición de las Jornadas Arte, Educación y
Ciudadanía un encuentro para los interesados en la educación
artística que en esta edición se ha focalizado en como las producciones
visuales constituyen una herramienta indispensable en el aula para desarrollar una
de las competencias más necesarias en un mundo saturado de imágenes y de miedo:
el espíritu crítico, la sospecha, el volver a leer.
Unas
jornadas que ofertaban talleres, charlas y una exposición en el que
docentes de diferentes procedencias compartimos el trabajo que desarrollamos para
convertir la
educación de las artes visuales en una práctica contemporánea. Me
parece muy importante señalar que el motor de las jornadas es la Fundación Fuhem, organismo que agrupa
una serie de instituciones educativas que constituyen
en Madrid la cabeza de lanza de una pedagogía crítica y comprometida, organismo que constituye la excepción dentro de la
educación obsoleta, rancia y profundamente tóxica fomentada por las políticas
educativas de la Comunidad de Madrid. Dentro del contexto de la educación no pública, los centros de la FUHEM y un puñado más de
instituciones trabajan en nuestra querida ciudad HACIENDO RESISTENCIA, constituyendo
la alternativa a las prácticas tóxicas que, amparadas por los consecutivos
triunfos en las urnas del Partido Popular, están perpetrando el asesinato de la
enseñanza progresista tanto pública como no pública así como de todo aquello que defiendo con mi
trabajo. En este contexto desolador, la FUHEM lucha y lucha regenerativamente
construyendo este tipo de actos para visibilizar quienes luchamos en Madrid por
otra pedagogía.
Gracias a las nuevas tecnologías puede participar en
este evento junto con Clara Megías y otros miembros de Pedagogías Invisibles.
Clara y yo organizamos la charla ¿Estoy artista o estoy profesora? Utilizando el arte
contemporáneo como formato pedagógico. En nuestra propuesta quisimos
trabajar varias ideas siendo la primera la del profesor
como productor cultural, como intelectual transformativo, como
agente político capaz de realizar día a día micro revoluciones mediante las que
transformar la sociedad. Quisimos visualizar la idea de esta producción como remezcla
así como la demanda de la creatividad como una de las principales
competencias del docente rEDUvolucionario.
En segundo lugar, discutimos la necesidad de trasformar el simulacro
pedagógico en experiencias
vividas en primera persona, tangibles y emocionantes para lo cual la
narratividad y la participación son necesarias. Por todo lo
anterior, consideramos que el arte contemporáneo es la herramienta ideal lo que
ilustramos con ejemplos tanto de nuestro trabajo como con el de otros colegas como
Lucía
Sánchez o Jordi Canudas (por poner ejemplos desde la ESO y desde los
colectivos con capacidades espaciales).
Solo tres días más tarde tuvo lugar otro evento
regenerativo Caipirinha: creando
flujos de investigaciones efervescentes entre España y Brasil. Tras la experiencia Edupunk
y posmodernidad: ¿son necesarios los doctorados en tiempos de Facebook? (en
la que compartimos ideas con Alejandro Piscitelli) y Guacamole: construcciones rizomáticas (en la que elaboramos de forma colaborativa con Alejandro Bolaños
el currículum de arte de la región
de Chiapas, México), Pedagogías Invisibles ha organizado Caipirinha:
creando flujos de investigaciones efervescentes entre España y Brasil para
compartir conocimientos con una organización muy similar a la nuestra llamada GEARTE,
un grupo de investigación sobre educación artística de la Facultad de Educación de la Universidad Federal del Rio
Grande del Sur, Brasil.
Analice Dutra, coordinadora de este grupo nos
habló por que sus intereses persiguen utilizar
las artes visuales para empoderar a las niñas y niños económicamente menos
favorecidos y quienes quedan muchas veces al margen de las
instituciones formales. Situó a Ana Mae Barbosa, (probablemente la pedagoga
brasileña más en consonancia con una educación artística contemporánea) como impulsora del grupo y la inclusión de sus prácticas dentro de lo que conocemos como Educación Artística para la Justicia Social.
Analice funda en 1997 GEARTE para
desarrollar actividades que relacionen la educación y el arte con otras áreas como
la semiótica discursiva, la cultura visual, la estética, la historia y la critica
del arte.
Caipirinha es claramente el comienzo de una larga
amistad con GEARTE, con investigadores y activistas que comparten con nosotros (Pedagogías
Invisibles) una forma contemporánea,
práctica y crítica de entender la educación. Como con los centros de la Fuhem, nos sentimos muy cerca y compartimos la necesidad de unirnos
y contaminarnos para poder transformar la sociedad un lugar más simétrico.
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