Cuatro letras pueden decir
mucho y si esas cuatro letras son M-o-M-A y además estamos hablando de temas relacionados
con los museos en general y de la educación en particular, esas letras pueden
incluso decir demasiado; pueden visualizarse mediante la metáfora del elefante, el animal más grande y poderoso
del reino animal. Y como voy a seguir con las metáforas, las cuatro letras nos
hicieron posicionarnos por comparación como hormigas: animales pequeños, diminutos, que trabajan afanosamente
en grupo pero que no tienen la visibilidad del elefante.
Toda esta comparación entre
elefantes y hormigas viene a cuento de la invitación que el Departamento de Educación del MoMA hizo
a Pedagogías Invisibles el pasado 29 de Mayo. Las integrantes del colectivo que participamos en la
invitación fuimos aquellas que estábamos en USA en esos momentos Sara Torres, Andrea De Pascual y servidora (las
tres becadas para desarrollar proyectos en torno a la educación artística) quienes
construimos nuestra expectativa sobre el imaginario común que desde otros
lugares se tiene sobre el MOMA como el museo canónico y hegemónico por
excelencia.
Entendimos la invitación
como un reto desde el mismo momento en el que a Wendy Woon (directora del Departamento de Educación del MoMA) le
llegó un correo anunciando una charla titulada “We are artist. We are teachers. Rethinking education as cultural
production” que impartimos unas semana antes en la NYU (resumen en un post
anterior). Tanto el título como el flyer le impactaron y le impactaron porque
se sintió identificada con un tema que resulta central dentro del mundo de la
educación en museos: el reconocimiento
del trabajo de la educadora como productora cultural así que decidió
invitarnos para que tratásemos el mismo tema en este caso en el contexto de los
museos. Pero, a pesar de que la
invitación partió de una coincidencia, a nosotras nos resultaba difícil
entenderla como tal. El lugar que nos invitaba a contar nuestras experiencias
nos imponía tanto que pensábamos imposible
que tuvieran los mismos problemas, los mismos conflictos, las mismas
preocupaciones que un colectivo pedagógico madrileño, de manera que optamos
por contar lo que nos preocupaba a nosotras y lo que nos parecía crucial en el
que contexto al que pertenecemos.
Entre las tres organizamos
una sesión dividida en cuatro bloques temáticos salpicados de acciones dedicadas a romper el formato nomológico sobre el que la mayoría de estas
actividades se construyen. De manera que lo primero que hicimos fue
transformar el espacio. Ya que la sala que teníamos como destino resultó muy
tradicional, para romper con la organización del mobiliario, apilamos las sillas en forma de colina
de manera que cada asistente no tuvo más remedio que deshacerla y posicionar su
asiento en un lugar elegido. También rompimos con la disposición del estrado
abandonando el atril e introduciendo elementos disruptivos como la planta/araña y los globos rojos que introdujeron significados que no son los
habituales dentro de la retórica de los escenarios de exposición (imaginemos
por un momento los escenarios de las charlas TED).
Tras el descoloque del
principio, dediqué la primera parte a
salirnos de las paredes del museo y conectar con lo que está ocurriendo con
la realidad exterior: educación
bulímica, pedagogía tóxica, hiperrealidad, hiperconsumo, procesos que nos
condicionan para entender la educación desde otra óptica, la óptica de la
rEDUvolution. Fundamentando la rEDUvolution
como el centro neurálgico de Pedagogías
Invisibles, pasamos a relatar quienes somos como colectivo y nuestra intención
por transformar las prácticas pedagógicas actúales en prácticas contemporáneas tanto
en las instituciones culturales, como en las enseñanzas medias como en otros
contextos de acción. También expliqué lo que significa DAT (Detectar, Analizar y Transformar) enlazando nuestra
metodología de trabajo con la semiótica
y las pedagogías radicales que optan por revisar y dar alternativas a la
educación tradicional utilizando un ejemplo concreto: analizamos las pedagogías
invisibles del despacho de Wendy Woon.
Tras este bloque de inicio
revisamos los problemas actuales de la educación en museos de artes visuales tales
como la realidad de que los museos no
son entendidos como centros que interactúen con la realidad social que les
rodea, que son lugares estáticos en cuanto a la transformación y como
utilizan únicamente modelos de
comunicación no mológicos donde los públicos se entienden como depositaros pero
no como creadores de conocimiento. Desde este punto emigramos a los
estudios de casos con los que quisimos visualizar de forma práctica nuestro
trabajo: empezamos por las pedagogías invisibles del espacio en los museos de
artes visuales a través del Invisible
Museum Project http://revistas.um.es/api/article/view/146221 y como la arquitectura y el mobiliario posicionan al público y
les excluye del trabajo de la producción cultural. En el apartado de
transformación Andrea explicó desde su tesis doctoral qué es el Museo Rizomático (http://vimeo.com/65525354) ese museo que
se entiende como un nodo que conecta los saberes de los espectadores
posicionándolos como coautores, mientras que Sara se refirió a la Indian rEDUvolution y su trabajo en una
institución social preocupada por la participación como el Centro Matruchhaya (se puede visualizar
este trabajo en http://www.teledocumentales.com/infancia-sin-padres-23-color-en-matruchhaya/).
Tras los espacios pasamos a Detectar, Analizar y Transformar los Recursos o, más en concreto la ausencia de ellos ya que
la investigación de Sara Torres quiere evidenciar
como la falta de archivos consistentes por parte de los departamentos de
educación los invisibiliza y como sin memorias físicas y virtuales de lo
que hacemos, será muy difícil dar el
salto que nos posicione al mismo nivel que el resto de los departamentos de
museo. Sara está diseñando las herramientas que pueden conseguir este
objetivo y crear un archivo participativo, internacional, visual y que incluso
pueda considerarse como una producción cultural en si misma.
Tras el archivo le llegó el turno a los Formatos donde Andrea explicó el proyecto 0-99 Matadero Madrid donde
Pedagogías Invisibles, tras analizar el concepto de familia contemporánea y ver
que no se ajusta a la realidad social, ha creado un programa de talleres intergeneracionales. Andrea habló
de la participación de todos los agentes (no solo de los niños), de como hay
que salir de las aulas didácticas para visualizarse en los centros, de utilizar
el arte contemporáneo no solo como contenido así como de erradicar la idea de
que en estas prácticas siempre hay que llevarse un objeto a casa….
Here Together Now (Matadero. Madrid) |
Justo en este punto es
donde nos dimos cuenta de que las educadoras del MOMA eran tan hormigas como
nosotras puesto que, abierto el debate, compartieron las mismas problemáticas
que les habíamos presentado. La relegación de la educación a un segundo o tercer
plano, nuestra concepción como transmisoras, la idea de lo pedagógico como
periférico en vez de cómo central es la realidad cotidiana de cualquier
institución, grande, pequeña o mediana. Sin compartir nuestras prácticas, sin
colaborar, no conseguiremos que se nos entienda como productoras culturales. Si algo hemos aprendido es que todas somos
hormigas y que el elefante es la modernidad.
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