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2013 Miente, empodera y dibuja: de cómo la fotografía, la ópera y los relatogramas deben ser recuperados para la pedagogía




«A menudo incluso los estafadores no son ni mucho menos conscientes de serlo; a menudo se estafa con la más beatífica voluntad en numerosos ámbitos por los que discurre nuestra vida: en la familia, en el colegio, en la iglesia, en el trabajo, en el sindicato, en los media… Porque estafar significa decidir por los demás, esconder la diversidad de opciones de que se dispone»
Joan Fontcuberta. El beso de Judas

El pasado sábado 14 de Diciembre uno de mis sueños como educadora se hizo realidad: compartir apenas tres horas de mi vida con Joan Fontcuberta, mano a mano, de tú a tú, tan enfrente y tan tangible que quedaba claro que, quizás solo en este caso, Fontcuberta no era una representación visual, sino una realidad de carne y hueso. La primera sesión de la Escuela de Educación Disruptiva no pudo empezar mejor, porque invitar a un artista para hablar de pedagogía es un acto brusco, rompedor e inusual, y al mismo tiempo necesario, porque hoy es el día en el que debemos darnos cuenta de que la pedagogía es una ciencia demasiado cerrada en si misma, demasiado opaca, por lo que es el momento de engarzarla con otros saberes tan mestizos y tan poco científicos como la fotografía, la ópera o la relatoría gráfica.

Alicia Carabias
Tras la presentación general a cargo de la responsable de la escuela en Fundación Telefónica, Alicia Carabias y mi explicación de cómo y por qué esta escuela es necesaria (lo que podréis ver de nuevo en breve en la web de la #EED). Defendí cómo nuestra preocupación principal consiste en visualizar la necesidad de llevar la #rEDUvolution a la práctica tanto desde el contenido como desde el formato, por lo que pasé a presentar a Carla Boserman experta en la creación de #relatogramas quien explicó a los asistentes qué hacer con el maravilloso kit que nos habían entregado: teníamos que activar la mirada y desplegar estrategias para iniciarse en el mundo de la documentación y relatoría gráfica a través del dibujo de manera participativa.

Joan empezó a contarnos su evolución biográfica y cómo desde la publicidad emigró a las artes visuales hasta configurar su misión actual como francotirador y como expendedor de vacunas para que el espectador se replantee sus relaciones con los mensajes que nos llegan a través del lenguaje visual. Citó a Bill Gates (quien recientemente ha dicho algo así como que quien quiera controlar los espíritus que controle las imágenes) evidenciando la ya perversa importancia de lo visual en un mundo en el que tenemos tantas fotos que no tenemos tiempo de mirarlas. Explicó varios de sus últimos proyectos y su constatación de que hoy la fotografía se utiliza no para representar la realidad sino para inscribirse en el suceso, para dejar una marca biográfica.

Joan Fontcuberta
Cada palabra, cada término que Joan emitía yo me lo llevaba a la pedagogía de manera que las relaciones entre fotografía y verdad las transformaba en las relaciones entre pedagogía y verdad y al desmitificar la fotografía como documento y posicionarla  como ficción, yo no paraba de pensar en que exactamente lo mismo ocurre en la pedagogía y que si reconocemos el inconsciente como parte inherente del proceso de aprendizaje debemos de aceptar que, como profesores, producimos verdades provisionales o verdades subjetivas.

Tras las diferencias entre pedagogía y verdad debatimos sobre la necesidad de sospechar, la necesidad de ahondar en las pedagogías invisibles, no solo de las imágenes (que por supuesto), sino de los actos pedagógicos y visibilizar como meta principal de una educación disruptiva el desarrollo del hábito de sospecha ante lo que pretenden enseñarnos (si somos estudiantes) y lo que enseñamos (si somos profesores) en la misma línea que Fontcuberta recomienda sospechar de la fotografía. Del artista como estafador emigramos a la idea del profesor como estafador y conversamos sobre la urgencia de repensar el imaginario obsoleto del docente como depositario de la verdad absoluta preguntándonos por qué todo aquello que se enmarca dentro de un dispositivo educativo queda inmediatamente considerado como cierto (conectando este proceso con lo que Roland Barthes en la semiótica denomina efecto realidad) lo que nos llevó a conectar la falsificación como estrategia intelectual en la pedagogía. Fue un verdadero placer hacer esta transposición, remezcla o intercambio y paladear en lo pedagógico términos como falsificar, mentir, enmascarar, términos que raramente se relacionan con lo educativo pero que están completamente relacionados con la pedagogía. Tras la conversación con Joan pasamos al almuerzo, dispositivo de trabajo importantísimo dentro de la #EED porque comer juntos significa hacer comunidad de manera que el arroz con pasas y el pollo a la mostaza se convirtió (como veremos en la sesión Comida para aprender) en un vínculo posibilitador del conocimiento de forma tan poderosa y certera como cuando estamos sentados en las butacas escuchando y dibujando. 

Pedro Sarmiento
Por la tarde la ópera ocupó el papel de la fotografía. Pedro Sarmiento es el coordinador en España del proyecto LOVA (La Ópera como Vehículo de Aprendizaje), que es en sí mismo un compendio de todas las máximas de la educación disruptiva, y uno de los pocos ejemplos de la Metodología de Trabajo por Proyectos en la educación artística mediante el que el profesor o profesora ceden gran parte de su poder a sus estudiantes al empoderar una clase y convertirla en una compañía de ópera. Si con Joan el placer consistió en evidenciar que la fotografía y la pedagogía comparten problemas, con Pedro el placer residió en no contemplar la #rEDUvolution como posibilidad sino como certeza: 100 compañías de ópera dan fe de que somos muchos los docentes que estamos llevando a la práctica una educación diferente que a pesar de las trabas que las instituciones inventan, a pesar de la incredulidad de los compañeros, a pesar de la suspicacia de algunos padres, del tiempo que tenemos que sacar de lugares imposibles, del cansancio y del desánimo, no nos dejamos amedrentar por el miedo y transformamos nuestras prácticas a pesar de todo. LOVA, entre muchas otras cosas, es uno de los pocos ejemplos visibles (por que invisibles hay muchos) de cómo otras metodologías de enseñanza son posibles y cómo el aprendizaje de repente sucede haciendo justo lo contrario de lo que la pedagogía tradicional recomienda.  

Tras el esclarecedor resumen que Pedro hizo de la evolución histórica del proyecto, empezamos por conectar el proyecto con el tema de la distribución del poder ya que LOVA es un pleno ejercicio de pedagogía democrática donde las dinámicas se invierten, creando una verdadera comunidad de pares donde el profesor se vuelve invisible y da la clase con la boca cerrada. En segundo lugar Pedro nos contó cómo LOVA consigue emigrar de la clase a la reunión habitando el aula e invirtiendo los tiempos ansiosos en tiempos slow mediante un proyecto que se desarrolla durante los nueve meses del año escolar, reconociendo la urgente necesidad de darle tiempo al proceso.

Analizados el poder y el cuerpo, conversamos sobre cómo LOVA definitivamente rompe con la educación bulímica y el simulacro pedagógico al entender el acto educativo como una experiencia transformadora en todos los sentidos. Pedro nos explicó cómo todas y cada una de las necesidades que demanda la Educación Disruptiva (la incorporación de la sorpresa y lo inesperado, lo audiovisual y las dinámicas de campamento), son recursos pedagógicos que se utilizan en LOVA dejando claro que aprender tiene poco que ver con estudiar y que hacer es mucho más interesante que memorizar. Por último analizamos el espinoso tema de la evaluación, tomado como ejemplo cómo se resuelve este problema en LOVA donde la calificación está descentrada, se lleva a cabo de forma creativa y se transforma en investigación.

Clara Megías
Tras la ronda de preguntas de la tarde, Clara Megías elaboró un resumen de la jornada, comentando la participación por streaming y a través de Twitter y visualizando cómo desde las 11 de la mañana los participantes habían registrado visualmente las ideas que creaban tanto colectiva como individualmente, al tiempo que se comentaban las ventajas e inconvenientes de estar escuchando y dibujando a la vez. 

Carla Boserman
La fotografía, la ópera y los relatogramas se fusionaron en una jornada en la que quedaron claras tres cosas: que la pedagogía debe de hibridarse con otras disciplinas, que la #rEDUvolution ya se está llevando a la práctica y que la información textual debe completarse con la visual a la hora de generar archivos. Una escuela como está solo tiene sentido como detonadora de cambios que hay que ejecutar: miente, empodera y dibuja y el aprendizaje sucederá.



2012 El profesor como estafador: o cómo llegó hasta mi Joan Foncuberta a través de Amaia Urzain


Los rizomas son raíces que crecen en cualquier parte, incluso en zonas volcánicas y poco transitadas como en el Este de Almería pero, a pesar de la facilidad con la que se multiplican, necesitan ser regados para que comience la re-generación (que no la generación) y ese imput, esa ducha, ese link este mes ha sido un fertilizante vigoroso con un exótico nombre: Amaia Urzain.
Amaia es una de las especialistas en educación artística mas interesantes del panorama hispano de la actualidad. Después de cursar Bellas Artes en Bilbao y trabajar durante diez años como educadora en las mas prestigiosas instituciones museísticas (como el Gugenheim Bilbao y Artium entre otros), realizó el Master en Educación de las Artes Visuales de la UB y en estos momentos es profesora e investigadora en la Universidad de Mondragón. 
Mi primer contacto con ella surgió desde el libro La educación artística no son manualidades, el cual tuve la suerte de que leyera, de manera que nuestra primera conversación y los primeros rizomas que plantamos surgieron también de un libro. A partir de entonces, hemos mantenido correspondencia, nos hemos invitado la una a la otra en diferentes eventos y nos hemos hecho amigas, que es sin duda el mejor fruto que un rizoma puede dar. Y en esto resulta que Amaia ha venido a pasar sus vacaciones muy cerca de donde yo paso las mías y ha venido justo el día de mi cumpleaños….
Si algo tiene Amaia es que le gusta regalar, y en esta ocasión me ha regalado un libro que me ha iluminado: El beso de Judas. Fotografía y verdad del gran Joan Fontcuberta. En este libro leí la siguiente frase:

“A menudo incluso los estafadores no son ni mucho ni menos conscientes de serlo; a menudo se estafa con la mas beatífica voluntad en numerosos ámbitos por los que discurre nuestra vida: en la familia, en el colegio, en la iglesia, en el trabajo, en el sindicato, en los media…Por que estafar significa decidir por los demás, esconder la diversidad de opciones de que se dispone” (2011:97)

y no puede mas que enlazarla con el trabajo que estoy haciendo este verano que fundamentalmente es escribir un libro nuevo sobre la rEDUvolution. Justo en el capítulo que estaba escribiendo tiene por nombre Pedagogía y verdad y en el reflexiono sobre la idea del ejercicio de la pedagogía como simulacro, sobre la idea de que la pedagogía puede entenderse como una herramienta al servicio de la verdad pero, de la misma manera que ocurre con todo lo que nos rodea, la autoridad de lo académico infiere a la información que se distribuye en un acto pedagógico la categoría de verdadera cuando ha llegado el momento en el que debemos de aceptar que la mayoría de los currículums son mentira en un mundo donde nunca ha existido la verdad.
De igual modo en que una imagen parece cierta (la obra de Joan Fontcuberta gira toda entrono a este tema) debido a lo que Roland Barthes denomina el efecto realidad, la pedagogía también se encuentra dotada de este efecto. Todo aquel contenido que aparece inmerso en un acto pedagógico, inmediatamente queda percibido como verdad. Ocurre lo mismo que si vemos un informativo, o oímos la radio: son relatos construidos con fines muy concretos que el sistema de transmisión a través del cual llegan hasta nosotros (el periodismo y la pedagogía profesionales) les otorgan de manera automática la cualidad de ciertos.
Considero que este es uno de los trabajos más importantes que debemos hacer desde la rEDUvolution: de igual manera que Fontcuberta nos dice la fotografía es una cuestión de fe, en la rEDUvolution es necesario aceptar la pedagogía como una cuestión de fe, aceptar como una decisión personal el fiarnos de lo que los profesores, los libros, los vídeos dicen o, por el contrario, no fiarnos en absoluto y aceptar la idea de la pedagogía como un fraude. Y, dentro de esta concepción de lo educativo, tendría un papel central el profesor como estafador reconocido, el profesor que reconoce que la objetividad no existe ni en la ciencia, ni el arte, ni en la política, ni en el periodismo ni, por supuesto, en la pedagogía. De la misma manera que como ciudadanos debemos de sospechar las imágenes (recordemos las falsas imágenes de la luna) y del resto de la información que nos llega a través diferentes lenguajes, es absolutamente necesario que sospechemos del currículum y que reflexionemos sobre la idea de verdad dentro de los actos pedagógicos que acometemos como profesores.
De un libro a otro libro, de dos libros editados a otro por editar, de la fotografía a la pedagogía, de las artes visuales a la educación, de Mondrágón a Almería, de Xavi a Joaquín, de Tonino a Paz y de Sol a Amaia. Los rizomas siguen creciendo y multiplicándose con inmenso placer. 


Solo tenemos que regarlos, con libros por ejemplo.